15 mayo 2022

Mentiras en el aire



A veces voy a verte en los frondosos bosques de Pamnia,

a contemplarte mientras das de comer a tus hijos,

mientras roes los huesos de tus últimos maridos,

y me embarga un sentimiento de soledad profunda,

me rompe en dos, en mil pedazos,

me hace sentir el cómico latido

de un corazón, seco, duro y zaherido,

que una vez te amó y que ahora siente

desazón por el tiempo malgastado,

dolor por el destino no alcanzado

ardor por el deseo 

insatisfecho.

 

A veces voy a verte a las playas desiertas

para comprender la esencia que te conmueve y me destruye,

esa fuerza eterna, incomprensible y tierna

más poderosa que cada uno de nosotros,

más longeva que los relojes, que las paredes y los cenotafios

más oscura que el olvido y el silencio

en el que te perpetúas, en el que te difuminas

y del que algunas veces sales

para desbaratar mis sueños,

mi desatino

y mi esperanza. 

 

Gora Vorontsov 2033 y 34

Sin dedicatoria

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