Por
todo aquello que no he sido
sufro
ahora mi castigo,
por
todo aquello que no he amado
sufro
ahora mi castigo,
por
todo aquello
y
por algo más
que
solo tú y yo sabemos
sufro
ahora y sufriré mañana
una
larga condena.
Convertido
en esfinge
de
arenisca, barro,
me
dejo llevar
por
la espuma amarga
de
las olas,
mientras
tus dedos de hielo,
envenenan
mis sienes,
me
enredan hacia el fondo
para
servir de pasto a las actinias,
a
las medusas y a las holoturias,
allá
donde
mi alma oscura
sueña
con acompañarte
siempre.
De
todos los castigos
este
es el más doloso,
el
que sufro cada noche
cuando
se apaga la luz
de
mi conciencia,
cuando
duermo entre quimeras
un
sueño retardado,
un
vapor de nube
que
me lleva al otro lado.
De
todos los castigos
este
es el más amargo,
el
que tú me has dado
pues
ya no siento nada,
ni
sé a dónde ir,
ni
como respirar,
ni
para qué seguir,
dado
que todos somos
prescindibles,
todos
somos pasto
del
silencio
y
del martirio.
Gora Vorontsov 9-11-08
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