La Torre de Hércules que
hoy podemos observar es la reconstrucción del siglo 18 de los restos de la
torre romana, que deteriorada y abandonada se conservó a lo largo de los siglos.
La Torre de Hércules
tiene una característica que la hace única y que tal vez sea más significativa
de lo que parece. Su estructura helicoidal, resultado de la existencia de una
rampa que la circunvalaba y que servía para llevar carros con el material
necesario para mantenerla encendida, solo es rastreable en otro ejemplo notable
de la arquitectura de la época: el Faro de Alejandría.
La altura del faro de
hércules es de 57 metros, y la fecha de
construcción aproximada data del siglo I.
Este sería su aspecto original, según una reconstrucción digital
bastante fidedigna.
La estructura subyacente fue utilizada
durante la edad media como castillo. Su aspecto sería más o menos el que
presenta esta reconstrucción, también digital.
Finalmente la torre fue
reconstruida en el siglo 18, bajo el reinado de Carlos III, siendo finalizada en
1791. Se utilizó para ello únicamente el cuerpo central, con sus escaleras y
sus cámaras intermedias pero obviando su rampa exterior, cuya traza queda
reflejada en las hiladas de piedra que la recorren todo alrededor.
Ese es el aspecto que conserva aún en nuestros días.
Si buscamos precedentes y faros que utilizaban una misma estructura hemos
de referirnos obligatoriamente al Faro de Alejandría.
Según la historiografía el
Faro de Alejandría fue construido en el siglo III a. C. en una isla a la
entrada del puerto de Alejandría, en Egipto. Su altura estaba estimada entre los
115 y los 150 metros.
Una de las
características de este faro era que su acceso se realizaba por una rampa. Las reconstrucciones más difundidas dicen que tendría un aspecto similar a este:
Sin embargo, las monedas antiguas lo
representan de una forma menos gloriosa y curiosamente más parecida a la del
faro de la Torre de Hércules
En cualquier caso si
observamos su estructura vemos que se compone de los mismos elementos
arquitectónicos que la Torre de Hércules: una rampa exterior y una estructura
interna que combinaba escaleras y un espacio abovedado central. También existe
la coincidencia de que en ambos faros, en el de Alejandría y en el de A Coruña,
existían sendos espejos que reflejaban y proyectaban la luz a distancia, del
que en el de A Coruña existe la leyenda de que había sido robado.
Si acudimos a los datos
históricos vemos como, junto con el de Alejandría y el de Cádiz, probablemente,
era uno de los faros más importantes de la navegación marítima por el Océano
Atlántico, pues indicaba la dirección hacia el norte, con las Islas Británicas
y Bretaña como objetivo principal.
Como ya indiqué en
artículos anteriores no solo son conocidas la llegada de los Escoceses a Galicia
en época preromana por vía marítima sino también, y sobre todo, los viajes de los
Fenicios por el Mediterráneo y su llegada a Galicia, donde tendrían varios
puertos de referencia. Uno de ellos sería Coruña, cuyo topónimo, según recientes
investigaciones, tendría un origen púnico. El otro sería el Coído de Bares, en
el espectacular y significativo cabo de Estaca de Bares, donde sus dos puntas
emergentes parecen indicar la dirección de la Bretaña francesa.
Si buscamos en la
historia apenas podemos encontrar faros que se le parezcan, pero curiosamente el faro más importante en Hispania en la época romana fue el
de Gádir que estuvo en pie hasta que en junio de 1146, cuando el almirante
musulmán Ali Isa Maymún lo demolió. Recientemente se ha encontrado un
dibujo en carbón de leña (siglo III d.C.) que lo representa como una torre con
una estructura en espiral que asciende a una planta superior, cilíndrica, donde
brilla la luz de la linterna.
También el Faro de Ostia (Italia) Siglo I
fue construido siguiendo el modelo del faro de alejandría, de forma circular,
pero desconocemos si disponía de una rampa en espiral o no.
Sobre si la antigüedad del
faro de la Torre de Hércules es anterior a la época romana existen diversas opiniones. Existen restos de petroglifos de la Edad del
Hierro (siglo 8 a 1 a.C.) a en la
cercana Punta Herminia y existen exvotos, como el del probable constructor de
la torre romana, que indicaban que se trataba de un lugar de culto o lugar
sagrado.
Si hacemos caso de
algunos autores, como F. Tettamancy, la torre romana sería la reconstrucción de
otra torre anterior, de origen fenicio o celta, cuyo aspecto podría ser este:
También es conveniente
señalar que la Torre está vinculada con un número suficiente de leyendas como
para pensar que su origen es anterior al ya conocido y que se encontraba ligada
a profundas creencias y a recuerdos del acervo popular, que como sabemos se
mantienen a lo largo del tiempo.
Una de estas leyendas es
la del gigante Gerión, que fue vencido por Hércules y cuya cabeza se hayaba
enterrada bajo la torre. También dice la leyenda que el héroe mandaría edificar
la torre y fundar en su proximidad la ciudad que llamaría Crunia. Fue un
sobrino de Hércules, Espan, quién pobló estas
regiones y fue nombrado rey de España (Espan).
No olvidemos que Hércules está ligado a
la cultura Escita y que estos, muy probablemente, fueron los antepasados de los
Escoceses que, como sabemos, también pasaron por aquí. Y no olvidemos tampoco que
el Hércules de origen griego-escita se dice que nació en Anatolia. También en
las leyendas escocesas los jefes o reyes escoceses Nél y Gollamh (Mil) son de
origen anatolio.
Otra de las leyendas es la que tiene como
protagonista a Breogán, fundador de Brigantia, en cuya costa edificó una torre.
Su hijo Ith trataría de conquistar Irlanda, pero fue asesinado. Pero fue su
hermano, Mil, quien finalmente llevaría a cabo la empresa.
Y finalmente la leyenda de San Brandan no
es más que una revisión de las anteriores. Según ella el monje sube a la torre
y divisa una isla en la lejanía. Tras montar en una barca con varios compañeros
viaja a través del mar descubriendo islas maravillosas hasta que al fin consiguen
regresar y es entonces cuando se dan cuenta de que han pasado cientos de años
desde su partida.
Todos estos datos nos llevan a
reflexionar sobre el hecho de que la Torre pudiera ser un hito más importante
de lo que parece y que se halle ligado profundamente a los mitos y leyendas de
los pueblos que las habitaron en períodos protohistóricos, entre ellos los
Escoceses, y a las navegaciones que los Fenicios hacían por estas latitudes,
cuya frecuencia e importancia está más que demostrada, como lo atestiguan los
numerosos vestigios prehistóricos y el hecho de que la cultura de los dólmenes
y los petroglifos fuera difundida a través del Mediterráneo de Oriente a
Occidente.