12 agosto 2024

Tartessos y el noroeste peninsular

 Según las últimas investigaciones históricas el fin de la cultura tartésica coincide con la llegada de los cartagineses a la península, pero también con un  período de enorme inestabilidad en la que una serie de pueblos indoeuropeos, que podemos asimilar como celtas, están penetrando en el territorio y avanzando por el interior de norte a sur, de tal manera que en una fecha indeterminada del siglo V a.C. entran en colisión con la cultura tartésica y provocan el fin de los asentamientos de Cancho Roano y de las Casas del Turuñuelo, en los cuales se observan ritos de hecatombes y finalmente un incendio ritual que pone fin a los asentamientos. 

Todas las evidencias hacen creer que los propios tartesios abandonaron aquellos lugares y les prendieron fuego en previsión de un peligro inminente que se cernía sobre ellos. 

Este peligro era evidentemente la invasión de unos nuevos pueblos, belicosos y activos, que estaban ocupando el territorio con una fuerza o una tecnología netamente superior. Esa tecnología, en el caso de los celtas es evidentemente la metalurgia del hierro, mientras que los tartesicos solamente poseían armas de bronce, como demuestra el hallazgo arqueológico de la ría de Huelva (Depósito de armas). 

Estos pueblos que invaden la península están fielmente citados en la Ora Marítima de R. F. Avieno, donde se los nombra como Saefes, pueblo que tenía como animal totémico la serpiente, que probablemente portaban en sus estandartes o en sus escudos. 

Estos Saefes se asentaron sobre gran parte del territorio norte, pero es probable que no hicieran importantes avances hacia el sur de la península, fundamentalmente por la aparición en esta misma época de los cartagineses, que también poseían el hierro y que pasaron a controlar el sur y este de la península.

De los informadores romanos acerca de los pobladores de la península el primero de ellos es Polibio, que estuvo en la península entre el 143–133 a.C. acompañando a Escipión Emiliano, llamado el Africano menor y que escribió un periplo a lo largo de la costa lusitana, en el cual fue citando por primera vez a los pueblos que habitaban esta parte de la península. 

En la misma época Estrabón, por su parte nos cuenta comoDécimo Junio Bruto, el galaico, inicia la conquista del noroeste ibérico (138-136 a.C.) y nos refiere la leyenda del río Lethes, el río del olvido, que ellos identifican con el rio Limia. 

Todos los pueblos citados en el noroeste ibérico pertenecían, según los romanos a una etnia que podemos identificar con los celtas, no en vano la denominación equivalente a "celta" era la de "galo", de ahí que los gallegos fueran denominados "galaeci", lo que los emparenta con todos los galos europeos, y los gálatas turcos, por ende.
 
Los habitantes del golfo ártabro sin embargo fueron los denominados ártabros y la ciudad de la Coruña fue denominada Artabrorum portum. Según Dion Casio los Brigantinos habitaban el golfo ártabro en el año 62 a.C., cuando Julio Cesar estuvo en el lugar, camino de Inglaterra. 
Es indudable que en esta época los romanos vieron por primera vez el faro construido por los fenicios y recibieron noticias que les permitieron encauzar su navegación hacia la Bretaña francesa y por ende hacia la Gran Bretaña. La relación histórica entre estas partes del mundo está por tanto documentada y posee cantidad de evidencias que las relacionan con el pueblo brigantino y con las leyendas de Breogán. La navegación que permitían esta relación también está garantizada. 
Es por esto por lo que alguna diferencia debieron ver los romanos entre este pueblo, los brigantes, y los otros pueblos celtas de la zona, pues Estrabón así lo dice: "Los que viven más alejados son los ártabros, en la región del cabo que llaman Nerio, que separa los flancos occidental y norte. En ella viven también célticos".  
Abundando en esta información no podemos dejar de citar la posible migración de los Escoceses desde la lejana costa oriental del mediterráneo hasta las costas occidentales de Iberia, muy probablemente el noroeste peninsular, dando lugar al poblamiento de Brigantium y a la aparición de los brigantes, o brigantinos, en la historia. Los brigantes fueron la única tribu que habitaron tanto Galicia como Gran Bretaña e Irlanda, donde poblaron los condados de Wexford, Kilkenny y Waterford.


Dejamos este excurso histórico citando finalmente el Leabhar Ghabhála Érenn, el libro de las invasiones celtas (escrito alrededor del siglo XI) en el que se afirma que los hijos de Breogán pusieron la vista sobre las verdes costas irlandesas, que Ith, hijo del rey, fue asesinado en Irlanda y que como represalia, los descendientes de su hermano Bile, con su hijo Míl a la cabeza, conquistaron Irlanda con tan sólo un millar de hombres.
¿En que época? Yo lo sitúo entre los años 29-19 a. C., coincidiendo con el desarrollo de las guerras cántabras, que hicieron venir a la península a Octavio, el primer emperador e hijo adoptivo de César. 
Conclusiones: los celtas invadieron la península y acabaron con los tartésicos, los Brigantes eran un pueblo distinto de los celtas, estaban emparentados con los pobladores de Irlanda, Bretaña y Gran Bretaña y probablemente llegaron a Galicia desde las lejanas costas orientales del Mediterráneo, dando lugar a la formación étnica de los actuales escoceses.
BG


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