Desde que existe internet las desigualdades han aumentado, el capital ha ganado en influencia y ha sorteado todo tipo de controles, las naciones se han visto sometidas a un poder más sangrante e indiscriminado: el de los "mass-media" y sus patrocinadores.
Entre tanto la población asiste atónita al envilecimiento y perversión de su clase política, que ya no vive más que para reproducir el ideario político de sus amos: las multinacionales.
Todo este proceso conduce inevitablemente a una concentración tal del poder en pocas manos que se parece sospechosamente a los planes del comunismo clásico: todo el poder para el comité central que gobierna en nombre de la gente, pero sin la gente.
BG
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