Hay un razonamiento por el cual se puede llegar a demostrar la existencia de Dios. Si tomamos la segunda ley de la termodinámica como fundamento del universo podemos concluir que Dios no existe y que el universo terminará en un caos congelado y absurdo. Sin embargo, el ser humano, y los animales en general, tienden a superar sus limitaciones por un componente genético que hace que cada nueva generación sea mejor que la anterior, y así sucesivamente. Por este principio, también universalmente admitido, podemos concluir que el hombre, y en menor medida otros animales, pueden alcanzar la perfección. Llegados a este punto, esa perfección puede tener características divinas y puede hacer que se revierta el principio entrópico creando una fuente de energía que revitalice el universo y que haga que todo vuelva a empezar de nuevo. La rueda del Samsara, que decían los indios, la iluminación, que decía Buda, la comunión con el todo, que decía Lao Tse, la resurrección, que decía Jesús, el big bang, que decían los científicos.
BG, illuminati
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